Es una curiosa construcción que recuerda a un iglú. Su peculiar forma permitía controlar los 360º de su entorno, mirando por los ventanicos en aspillera que hay en sus paredes. En su origen, pudo ser construída como caseta de guardaviñas o como peajero para el ganado.
Posteriormente fue utilizada por pastores, y durante la guerra civil, por milicianos del P.O.U.M, como se puede comprobar en sus paredes. La caseta redonda se sitúa en el Camino Real, que debe su nombre a la boda entre Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona y Doña Petronila, hija de Ramiro II de Aragón. La unión se celebró el año 1.150 en Lérida, y para trasladar hasta allí a Petronila, se dispuso una comitiva real. Los habitantes de Tierz salieron al paso de la comitiva para verla pasar y saludar a Petronila, que respondió a sus súdbitos saludando desde la carroza.